EDITORIAL

El fin no justifica los medios

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El descubrimiento de las recientes trampas en el proceso de admisión a las universidades que envuelve a un montón de celebridades y gente muy importante, trae a la luz un dilema viejo en el corazón del razonamiento moral: ¿A caso el fin justifica los medios? Machiavelli y virtualmente todos los proporcionalitas como él, equivocadamente darán una respuesta afirmativa. En cada definición, los actos de estos padres tan prominentes fueron fraudulentos, por lo tanto hay acusaciones criminales en contra de ellos. Pero, ¿No todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos? ¿No estuvieron ellos actuando bien por el bienestar e interés de sus hijos, por un mejor futuro para ellos?

Muchas personas se han opuesto a esto y con razón. Después de todo, lo que ellos hicieron no solo fue ilegal: fue también algo injusto. Pero en el fondo de estas acciones hay un dictamen de falsedad y mentiras que son muy comunes hoy en día. La gente generalmente está de acuerdo en que mentir no es bueno, excepto en cosas justificadas, en algo que “parece bueno”. Mucha gente se opone al aborto, pero si la vida de la madre está en peligro, o para prevenir aparentemente una crianza precaria para un niño, entonces para ellos es moralmente licito. La Eutanasia parece objetiva para muchos pero si es que alivia el sufrimiento, ¿Qué daño va hacer?

La verdad es, algunas cosas son malas, siempre y en todas circunstancias. Hacer un fraude de esa magnitud describiendo un resumen académico y falsificar puntos en calificaciones es siempre algo malo. Casi todos sabemos esto. Un invitado que de alguna manera ofrezca un discurso moral en asuntos contemporáneos es siempre moralmente insostenible. Los constantes escándalos sobre fraudes entre las elites sociales, debería enfocarse en nuestro compas moral para reconocer la verdad que el fin no justifica los medios.