Se termina otro año más! Se fue como agua en las manos y sin darnos cuenta. No es extraño que caigamos en cuenta que la vida es breve, que realmente es corta y que tenemos solo una! Al mismo tiempo existe la paradoja de que cada mañana encontramos lo difícil que es levantarnos... el reloj despertador sonó otra vez, que tenemos que ir a trabajar nuevamente, que tenemos que limpiar la casa una vez más y así cada una de nuestras tareas diarias la encontramos llenas de monotonía y para muchas personas tristemente llenas de aburrimiento y preocupaciones.
Ahora que termina el 2007 es una magnifica oportunidad para hacer una pausa en nuestras vidas y hacer un balance de los que hemos recibido y que cosas nos vamos a proponer para este 2008 que ya empieza. En primer lugar como hijos de Dios debemos tener claro que el regalo más grande que tenemos en este día es el hoy.
El pasado ya pasó, el futuro solo Dios sabe si lo tendremos; así que lo que tenemos es el presente. Es éste día el que tenemos para aprovecharlo al máximo como un regalo único que Dios nos ha dado. Lo podemos llenar de actos de fe, de esperanza y de amor hacia Dios y el prójimo; o por el contrario podemos dejar que el egoísmo y nuestros defectos lo hagan ser una carga más en nuestra maleta de preocupaciones que no nos dejar subir alto y estar llenos de la presencia de Dios.
Hoy todos hablan de propósitos para el nuevo año, que los suyos no sean tan inalcanzables que ya en los primeros días se de cuenta que no son realistas y no los va a lograr. Que sean concretos, de preferencia que los pueda medir al final del día cuando haga su examen de conciencia y le pueda decir a Dios que en este día usted se esforzó por vivirlos.
Que podamos aprovechar al máximo cada día que se nos da, allí con la familia y los seres queridos, en medio de nuestras realidades cotidianas de la casa y el trabajo porque allí podemos ofrecerle esas luchas a Dios. Que cuando pase un año más lo veamos con alegría y satisfacción. Les deseo un feliz y fructífero año 2008.
