En este mes celebramos el día de las madres, y quiero reconocer especialmente a ese ser tan valioso que Dios nos ha dado, nuestras madres.
Sin nuestras madres, y sin nuestras abuelitas; muchos de nosotros no estaríamos donde estamos y tal vez no estaríamos en los caminos del Señor. Necesitamos muchas madres santas, muchas madres entregadas a sus familias y que sepan guiar a nuestros hijos en la Fe, los caminos del señor.
En este día quiero reconocer especialmente a mi mamá, por ser la persona que siempre me apoyó, me entregó su amor incondicional, y demostró con su ejemplo de trabajo duro, y dedicado lo que es ser una persona recta, creyente, y trabajadora.
Mi mamá Consuelo, siempre trabajó mucho para sacar a mí y a mis hermanos adelante, inclusive dejó su profesión para venir a los Estados Unidos y darnos mejores oportunidades.
También quiero agradecer a mi abuelita Matilde, que en paz descanse quien fue un pilar importante en mi vida y me guío por los caminos del señor. Cuando estaba en los últimos años de la escuela secundaria viviendo, en Santa Cruz Bolivia me tocó por algunas circunstancias vivir algunos años con mi abuelita Matilde, y ella fue la persona que todos los fines de semana sagrada mente me llevaba a la iglesia y sembró en mí las semillas de fe.
Mi abuelita Elsa me enseñó a trabajar duro, y a ser emprendedor. Ella trabajó hasta que su salud ya no le permitió más, y aun ahora que está jubilada tiene una gran energía y es la que mas baila en las fiestas familiares.
También quiero agradecer a mi suegra, Bárbara, quien también con su ejemplo devoción y entrega a la iglesia me enseñó lo que es ser un Católico activo, y comprometido con su fe y con su iglesia.
Mi suegra inclusive llegó hasta el punto de ser arrestada en alguna oportunidad por defender los derechos de los bebés no nacidos. He aprendido mucho de ella y le tengo una gran admiración.
Finalmente quiero agradecer en este día de hoy a mi esposa la mujer que Dios puso en mi camino, Becky; quien ha sido la mejor madre que Dios podía haberme regalado para mis hijos. La he visto dedicarse abnegadamente hasta el cansancio por cada uno de nuestros hijos.
He sido testigo de las muchas noches en que se quedaba hasta las 2 o 3 de la mañana escuchando alguno de mis hijos cuando estaban en un momento de tristeza o en un momento que necesitaban un consejo.
La he visto manejar dos horas de ida y dos horas de vuelta simplemente para apoyarlos en un deporte como el fútbol o llevarlos a algún concierto. Pero sobre todo, la visto entregarse en cuerpo, alma y con todo sus energías para apoyar a nuestros hijos y hacerlos que cada uno de ellos se sientan especiales.
Realmente me siento más que bendecido con todas las madres que Dios ha puesto en mi camino mi mamá, mis abuelitas, mi suegra y mi esposa. De todas ellas he aprendido algo y todas ellas han influido en la persona que yo soy.
El Papa francisco dijo recientemente en enero de este año: "Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del indivi-dualismo egoísta. 'Individuo' quiere decir 'que no puede ser dividido'. Las madres, en cambio, se 'dividen', ellas, desde cuando acogen un hijo para darlo al mundo y hacerlo crecer. Son ellas, las madres, quienes odian mayormente la guerra, que mata a sus hijos". El Papa dijo tambien: "Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral".
"Las madres a menudo transmiten también el sentido más profundo de la práctica religiosa: en las primeras oraciones, en los primeros gestos de devoción que un niño aprende, se inscribe el valor de la fe en la vida de un ser humano", el anadió.
Le pido a Dios en este día especial por todas nuestras madres y especialmente por nuestra juventud para que puedan encontrar personas en sus vidas de las cuales puedan aprender como yo aprendí.
Y finalmente que Dios nos ayude, si no tenemos nuestra madre con nosotros, a apoyarnos en la Virgen María como nuestra madre por encima de todo, quien con su ejemplo nos enseña; que debemos estar abiertos a la voluntad de Dios en nuestras vidas.