¿Qué significa para una persona que está en la cárcel que alguien fuera de esas paredes esté orando por él? Un recluso José, dijo: "Mis padres oran por mí y yo por ellos. ¿Pero alguien que no me conoce, está rezando por mí? Gloria a Dios. El minis-terio "Just Prayers" me ha ayudado a darme cuenta de que no nos olvidan.
El ministerio Just Prayers, comenzó el año pasado cuando el Capellan Tim Maynard, que coordina el mi-nisterio de capellanes de las prisiones de Rhode Island, habló con uno de los reclusos que le pidió que orara por él. "Entonces se me ocurrió que tenía algunos amigos" que estarían dispuestos a orar por alguien que lo necesitara”, dijo Maynard.
El primer beneficiado fue un hombre -curiosamente- llamado Emanuel, el cual ha recibido oraciones desde hace un año. Maynard ha sido voluntario por 10 años, pero recién asumió su rol en la Diócesis de Providence el año pasado ya que tiene contratos con el Departamento de Correcciones para brindar servicios espirituales a las personas encarceladas dentro del estado.
El se desempeña como capellán institucional, coordinando todas las religiones para la prisión de máxima seguridad y el centro de Servicio de Admisión Anthony P Travisono. Eso significa que supervisa las necesidades espirituales de 900 hombres en el centro de admisión y de 280 en máxima seguridad.
Para ayudar a estas almas, él comenzó el ministerio Just Prayers, conectando a más de 150 reclusos con intercesores. Publicó anuncios en boletines de la iglesia y en el Católico de Rhode Island y comenzó a recibir correos electrónicos poco después.
La única expectativa es que la persona ore por el recluso que se le ha confiado. "Es un impacto inmediato cuando les dicen que alguien va a orar por ellos".
Maynard asigna reclusos tanto a individuos como a grupos. El año pasado, la clase de último año de la escuela Prout en Wakefield eligió Just Prayers para su proyecto de servicio y 100 estudiantes oraron por 70 reclusos.
La legión de María en St. John & James en Warwick ora por David, Kahleel, Hector y Geru.
La escuela Blessed Sacrament en Providence, desde preescolar hasta el octavo grado, intercede por Christian.
Como es bien manejable lo mantiene pequeño, pero podría expan-dirlo a las reclusas del centro de mujeres Gloria McDonald. "Animo a los (reclusos) a que oren por las personas que también están orando por ellos”, afirmó Maynard.
Aunque señaló que quienes rezan, probablemente nunca conocerán a los reclusos por los que rezan, espera que orar por los demás establezca una "conexión espiritual" entre los dos.
El Ministerio Social que está bajo la tutela de James Jahnz habló con el Católico de Rhode Island y habló de la importancia de Just Prayers en las prisiones.
Muchas veces cuando estás encarcelado, tienes la sensación de que estás solo, de que no hay nadie para tí. Saber que alguien ha hecho una promesa y un esfuerzo para orar por tí, intercediendo ante el Señor en tu nombre, creo que eso es muy pode-roso. Las personas que no tienen un buen lugar al cual acudir en busca de esperanza, reciben esa chispa.
William, un recluso es prueba de ello. Se enteró de Just Prayers por un amigo y le pidió al capellán que lo incluyera.
Trabajar en las prisiones, a él le ha dado la oportunidad de enseñarles a orar. Muchos de ellos no saben ni el Padre Nuestro. Ellos ni se dan cuenta que es una conversación personal con el Señor, yo trato de hacerlo todo simple para ellos.
Para los que estén interesados en unirse a Just Prayers, Maynard se encuentra en:
institutionalchaplain@dop.org