Quiero compartir con nuestros lectores algunas de las enseñanzas del Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Amoris Laeticia, sobre la educación Cristiana de nuestros hijos.
En el capitulo 259 el Santo Padre dice: “Los padres siempre inciden en el desarrollo moral de sus hijos, para bien o para mal. Por consiguiente, lo más adecuado es que acepten esta función inevitable y la realicen de un modo consciente, entusiasta, razonable y apropiado.
Yo creo que ahí está la formula, el secreto para tener hijos que estén entusiasmados por su Fe. ¿Quieres que tus hijos amen a Jesús y vivan la Fe Católica? Pues comienza a vivir tu fe en casa de una manera apasionada, con entusiasmo, si tu estás apasionado tus hijos se contagiarán.
Otro punto importante es el 260. “La familia… Necesita plantearse a qué quiere exponer a sus hijos. Para ello, no se debe dejar de preguntarse quiénes se ocupan de darles diversión y entretenimiento, quiénes entran en sus habitaciones a través de las pantallas, a quiénes los entregan para que los guíen en su tiempo libre.”
Hoy hay muchas distracciones y tentaciones en los medios, y un acceso fácil a drogas, violencia y pornografía con tan solo un click en la computadora o un botón en el teléfono. Esto requiere que nosotros padres protejamos a nuestros hijos, tengamos una comunicación activa con ellos y limitemos hasta cierto punto a lo que ellos están expuestos.
El Papa continúa en 260: “Sólo los momentos que pasamos con ellos, hablando con sencillez y cariño de las cosas importantes, y las posibilidades sanas que creamos para que ellos ocupen su tiempo, permitirán evitar una nociva invasión. Siempre hace falta una vigilancia. El abandono nunca es sano.”
El Papa Francisco nos enseña con no es suficiente vigilarlos, y protegerlos, también tenemos que envolvernos en las vidas de ellos pasando tiempo con ellos, dándoles amor, cariño y estando presente en sus momentos importantes. En mi Familia hemos hecho un acuerdo con mi esposa que yo trabajaré bastante, para que ella pueda dedicarse completamente a ellos y acompañarlos en los momentos importantes, en sus competencias, conciertos, shows, etc. Ahun así siempre trato de estar presente aunque no pueda estar en todo y asistir en la medida de mis posibilidades. También pongo en mi agenda, citas para salir con ellos y darles un tiempo especial.
Recientemente, saqué a mis dos hijos más pequeños Daniel y Gabriela y fuimos a jugar bowling y algunos juegos, después nos fuimos a cenar antes de ver una película.
Recuerdo que le pregunté a Danielito ¿Quieres ir a McDonalds? Y me dijo no, papi, ye he decidido no comer comida chatarra por la Cuaresma. Luego le pregunté a Gaby ¿Quieres una soda? Y me dice no, yo he decidido como sacrificio, no tomar sodas y dulces por cuaresma. La verdad que me dejaron agradablemente sorprendido, por la educación que están recibiendo en casa de parte de mi esposa Becky, y recuerdo que le escribí a ella, “Ellos están viviendo su Fé tan comprometida, a su tierna edad que me hacen ver como un Católico de Cafetería”.
Hay mucho por aprender en Amoris Laeticia. En el 266 dice: “Es necesario desarrollar hábitos. También las costumbres adquiridas desde niños tienen una función positiva, ayudando a que los grandes valores interiorizados se traduzcan en comportamientos externos sanos y estables.”
En nuestra casa promovemos el hábito de oración en familia especialmente al bendecir los alimentos, y antes de acostarnos. También promovemos el hábito del diálogo para resolver conflictos y lo hacemos a través de reuniones periódicas de familia. Juntos, rezamos y luego expresamos nuestras preocupaciones, escuchamos a cada uno con sus inquietudes y dificultades y hacemos un plan para resolver conflictos y dividirnos los quehaceres de la casa.
Finalmente el fin de semana, todos vamos a Misa es algo sagrado y no negociable en nuestro hogar. También animamos a todos nuestros hijos adolescentes a participar del grupo juvenil. Varios de ellos se han convertido en líderes y los mayores, son una muy buena influencia para los más pequeños a medida que van creciendo.
Finalmente concluyo con el capitulo 274. “La familia es la primera escuela de los valores humanos, en la que se aprende el buen uso de la libertad.”