La Imitación de Cristo

¡Córtalo! ¡Cortar de raíz!

Posted

Los fanáticos del programa de televisión “Andy Griffith Show” reconocerán de inmediato los nombres de los actores principales: el alguacil Andy Taylor, el ayudante Barney Fife, Opie Taylor y la tía Bee.  Estaban rodeados por un grupo de coloridos personajes que incluían a Floyd el barbero, Gomer, Goober, Helen, Thelma Lou y, por supuesto Otis Campbell.

Quizá el personaje más adorable fue Barney Fife.  Barney era divertido, pero tan inepto como tan sincero.  Barney era alegre, propenso a un gran drama.  Era el cruzado con capa que criticaba los malos hábitos y los males sociales, reales o imaginarios.  Y cada vez que sentía que el peligro se acercaba por el camino, advertía a todos y a cada uno: “Tienes que cortarlo; cortarlo de raíz”.

El famoso grito de batalla de Barney se ha convertido en un elemento fijo de la cultura pop, a menudo se encuentra en camisetas, carteles, clips de películas, meme y ahora, incluso en mascaras faciales.

Si bien las cruzadas de Barney fueron quijotescas, me pregunto si sus palabras también pueden servir como una herramienta útil en nuestra caja de herramientas espirituales.  “Cortarlo de raíz” es una buena estrategia para emplear mientras enfrentamos el mal y nos esforzamos por crecer en santidad.

¿Está descuidando su relación con Dios? Tiene pereza de asistir a la misa dominical: discutir con su cónyuge; coquetear con un compañero de trabajo; difundir chismes; engañar con sus impuestos; ver pornografía; experimentar con drogas; ¿está tomando en exceso? Sea cual sea su vicio, debe “cortarlo de raíz” antes de que cause un daño real y duradero.

En otras palabras, debemos reconocer y eliminar el mal desde el principio antes de que eche raíces en nosotros y crezca como mala hierba.  La espiritualidad católica clásica nos advierte que debemos “evitar las ocasiones cercanas al pecado” Thomas a Kempis nos dice: “El hombre que solo evita las tentaciones en apariencia y no las desarraiga, progresara poco: de hecho, volverán rápidamente, y más violentas que antes”.  Y un proverbio advierte: “El que elige el comienzo del camino, también elige el lugar al que conduce”.

¿Cómo resistimos la tentación y el pecado?  Nuestra fe católica nos da la respuesta.  Es a través de la oración personal, la devoción a los santos, la confesión regular y la sagrada comunión.

Y si tuviéramos a Barney Fife como director espiritual, nos mostraría exactamente cómo lidiar con cualquier debilidad moral: “Tienes que cortarlo; ¡cortarlo de raíz!

Algo en que pensar: ¿Hay algo en tú vida que tengas que “cortar de raíz”?