CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- El Evangelio es una palabra de compasión, misericordia, luz, libertad y alegría, dijo el Papa Francisco.
El Evangelio "nos llama a ser testigos apasionados de paz, solidaridad y reconciliación", y a "al testimonio de la fe y a la coherencia de la vida", dijo el Papa en la Misa del Domingo de la Palabra de Dios en la Basílica de San Pedro el 26 de enero. El día también marcó el último día del Jubileo del Mundo de las Comunicaciones, del 24 al 26 de enero.
"El mal tiene los días contados, porque el futuro es de Dios", dijo. "Con la fuerza del Espíritu, Jesús nos redime de toda culpa y libera nuestro corazón, lo libera de de toda cadena interior, llevando el perdón del Padre al mundo".
"El Mesías nos abre los ojos del corazón, a menudo deslumbrado por la fascinación del poder y de la vanidad; enfermedades del alma que impiden reconocer la presencia de Dios y que hacen invisibles a los débiles y a los que sufren", dijo en su homilía.
Durante la Misa, el Papa Francisco instituyó a 40 laicos, hombres y mujeres, en el ministerio del lectorado, un ministerio que abrió formalmente a las mujeres en 2021.
Los hombres y mujeres procedían de Albania, Argentina, Austria, Bolivia, Brasil, Filipinas, Islandia, Italia, México, Polonia y Eslovenia. Entregó a cada nuevo lector un ejemplar de las Sagradas Escrituras, y todos los asistentes a la Misa recibieron un librito del Evangelio según San Lucas.
El Papa animó a todos a tomarse un tiempo cada día para leer uno o dos versículos del Evangelio, ya sea durante el trayecto al trabajo o en otros breves momentos de la jornada.
"Cuando nosotros leemos las Escrituras, cuando oramos con ellas y las estudiamos, no recibimos sólo informaciones sobre Dios, sino que acogemos el Espíritu que nos recuerda todo lo que Jesús ha dicho y ha hecho", dijo en su homilía. "De ese modo, nuestro corazón, inflamado por la fe, aguarda en la esperanza la llegada del Reino de Dios".
En la lectura del Evangelio del día (Lc 4,14-21), Jesús se revela como el Mesías, dijo el Papa. Y la lectura también revela "cinco acciones que caracterizan la misión del Mesías: una misión única y universal; única, porque Él, sólo Él, la puede realizar; universal, porque quiere incluir a todos.".
Esas cinco acciones son llevar la buena nueva a los pobres, anunciar la liberación a los cautivos, dar la vista a los ciegos , dar la libertad a los oprimidos, y proclamar un año de gracia del Señor.
"Realizando nuestra liberación, nos anuncia que Dios se acerca a nuestra pobreza, nos redime del mal, ilumina nuestros ojos, quiebra el yugo de la opresión y nos hace entrar en el júbilo de un tiempo y de una historia en los que Él se hace presente, para caminar con nosotros y conducirnos a la vida eterna", afirmó.
"Comprometámonos todos a llevar la buena noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos, a dar la vista a los ciegos y a proclamar un año de gracia del Señor", dijo. "Entonces sí, hermanas y hermanos, transformaremos el mundo conforme a la voluntad de Dios, que lo ha creado y redimido por amor".
Tras la Misa, el Papa Francisco se asomó a la ventana de su estudio con vistas a la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus con los visitantes. Les dijo: "La presencia y las palabras de Jesús nos interpelan; también nosotros estamos llamados a reconocer en Él al Hijo de Dios, a nuestro Salvador".
Los fieles pueden pensar "que creamos que ya lo conocemos, que ya sabemos todo de Él" por todo lo que se les ha enseñado "en la escuela, en la parroquia, en el catecismo, en un país de cultura católica", dijo.
Pero "probemos a preguntarnos: ¿advertimos la autoridad única con la que habla Jesús de Nazaret? ¿Reconocemos que Él es portador de un anuncio de salvación que nadie más puede darnos? Y yo, ¿me siento necesitado de esta salvación? ¿Siento que, de algún modo, yo también soy pobre, prisionero, ciego, oprimido?", preguntó el Papa.
"¡Entonces, sólo entonces, 'el año de gracia' será también para mí!", dijo.
El Papa también dio la bienvenida a un joven representante de la Acción Católica de Roma que se situó junto a él en la ventana para dirigirse a la multitud. Tradicionalmente, el grupo ofrece un gesto por la paz junto con el Papa durante el Ángelus al final de su "mes de la paz" anual en enero.
"Gracias por este Año Santo, el primero para muchos de nosotros", el joven dijo al Papa. "La Puerta Santa nos hace sentir el amor de Dios".
El chico le dijo al Papa que el deseo o "sueño" de los jóvenes de Acción Católica era que todos los líderes del mundo pasaran juntos por la Puerta Santa, "cogidos de la mano", y pensaran en los niños víctimas de la guerra y la violencia y en las lágrimas de sus padres. "Así serían capaces de silenciar las armas".