La Imitación de Cristo

En nuestro tiempo, el plan de Dios se está desarrollando

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Con solo pasar una página en el calendario, ha comenzado un nuevo año. Para muchos de nosotros, el comienzo de un nuevo año es una ocasión para reflexionar sobre los eventos del año pasado- las bendiciones y las cargas- y para preguntarnos que nos deparara el año nuevo. Sin duda el futuro será una combinación de lo bueno y lo malo; momentos de alegría y tristeza, éxito y fracaso, salud y enfermedad, vida y muerte. Cada año es así, ¿no?
Otra forma más inmediata de marcar el paso del tiempo para mi es el reloj de mi abuelo. Es el único mueble que tengo y es una de las pocas posesiones materiales que valoro en absoluto. Es un hermoso reloj, con un atractivo marco de madera y un mecanismo confiable y preciso.
En medio de las ansiedades de la vida, una de las cosas que encuentro tranquilizadoras es como el reloj sigue funcionando, sigue haciendo su trabajo y marca la hora, independientemente de donde este, que estoy haciendo o como me siento. El balanceo del péndulo y el tic-tac del reloj es seguro y constante. Si salgo de casa para ir al trabajo o hacer mandados, el reloj sigue su ritmo implacable: tictac…tictac…si estoy de buen humor o mal humor…tictac…tictac…cuando duermo la siesta o me acuesto, el reloj no duerme: tictac…tictac.
“El tiempo avanza”, dice el refrán. Sin embargo, a través de los ojos de la fe, el paso del tiempo es más que pasar una página o hacer clic en un reloj. Es el contexto sagrado en el que se realiza el plan de Dios para la salvación del mundo.
Las Escrituras, en muchos lugares, hablan de la importancia del tiempo. Eclesiastés dice la famosa frase: “Hay un tiempo señalado para todo”. (3:1) en la carta a los hebreos leemos: “En tiempos pasados, Dios hablo de manera parcial y diversa a nuestros antepasados por medio de los profetas; en estos últimos días nos habló por medio de su Hijo”. (Hebreos 1:2) Jesús, en el umbral de su pasión y muerte, dice: “Padre, la hora ha llegado”. (Juan 17:1 Y san Juan advierte de manera bastante inquietante: “Niños, es la ultima hora”. I Juan 2:18)
Al comenzar un nuevo año, decidamos prestar atención a como se desarrolla el plan de Dios con el paso del tiempo.
Algo para pensar: ¿Cómo se está desarrollando el plan de Dios en tu vida?