La Imitacion de Cristo

La debilidad nos salvará

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Pero el Señor me dijo: “Mi gracia es suficiente para ti, porque el poder se perfecciona en la debilidad”. Así que me jactaré más alegremente de mi debilidad para que el poder de Cristo pueda morar conmigo. Por lo tanto, me contento con debilidades, insultos, dificultades, persecuciones y restricciones por causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Cor 12: 9-10)
A lo largo de los años, he encontrado un gran consuelo en estas palabras de San Pablo. Es contrario a la intuición para nosotros pensar que la debilidad es fortaleza, pero cuando se trata de nuestra relación con Jesucristo, es absolutamente cierto.
Es importante tener en cuenta que admitir nuestra debilidad no es una salida, o derrotismo, o una abdicación de responsabilidad. Más bien, es simplemente una aceptación de la realidad con la que lidiamos todos los días. Pero, ¿Por qué? Primero, nuestra admisión de debilidad reconoce nuestra propia pecaminosidad e imperfección. Si soy honesto conmigo mismo (y tú contigo mismo), confieso que en mi historia personal no siempre he sido un dechado de virtud; he pecado, a menudo he fallado y he cometido muchos errores. Y sé que incluso ahora estoy lamentablemente mal equipado para llevar a cabo, por mí mismo, las obligaciones y deberes que son míos. Debido a que soy un pecador, una “vasija de barro”, necesito a Jesús.
En segundo lugar, nuestra admisión de debilidad es un sabio reconocimiento de que muchas cosas en la vida están fuera de nuestro control los desastres naturales, las tendencias políticas, la disfunción social, la enfermedad y la implacable enfermedad de la edad están más allá de nuestro control inmediato, pero todos tienen la capacidad de inte-rrumpir nuestras vidas. A decir verdad, a veces somos simplemente impotentes para controlar las fuerzas que nos rodean. Debido a que no podemos controlarlo todo, necesitamos a Jesús.
Tercero, nuestra admisión de debilidad es simultáneamente una profesión de Dios Todopoderoso. ¡Y hay una razón por la que lo llamamos Dios “Todopoderoso”! El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: “De todos los atributos divinos, solo la omnipotencia de Dios es nombrada en el cielo…Dios que creo todo también gobierna todo y puede hacer todo”. La profesión de la omnipotencia de Dios es un reconocimiento de quien es Dios y quienes somos. Debido a que Dios todavía está a cargo, necesitamos a Jesús.
En resumen, encuentro que la admisión de que “cuando soy débil, entonces soy fuerte”, es una delación muy liberadora y empedradora. Siempre trabajare duro me esforzare por lar lo mejor de mí, pero al final, sé que necesito a Jesús.
Algo para pensar: ¿Intentas hacer todo por tí mismo?