Rincón de la Familia

Recordando al Papa Francisco y su legado

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Todavía tengo muy vivo el recuerdo de un 13 de marzo de 2013, cuando al final del cónclave salió el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina del Vaticano, anunciando la elección del nuevo Papa. En esa época estaba trabajando como coordinador de la oficina del Ministerio Hispano y nuestro obispo de la Diócesis de Providence monseñor Tobin, nos invitó a todos los empleados diocesanos a su salón de conferencias, para ver juntos el anuncio de quien había sido elegido como el nuevo Pontífice.

Recuerdo cuando escuché el apellido Bergoglio, que mi primera impresión fue ¿será un italiano? pues con cerca de 25 años viviendo en Estados Unidos, ya estaba muy desconectado de la realidad de Sudamérica. Para mi sorpresa y alegría anunciaron que era argentino y tomaba el nombre de Francisco I, convirtiéndose en el primer Papa latinoamericano.

Desde el principio de su papado, me impresionó su simpleza, especialmente al salir al balcón y ser presentado con su petición de “oren por mí”.

Su humildad y sencillez es algo que el Papá Francisco nos enseñó no sólo con sus discursos, sino también con la forma en que decidió vivir; mudándose a la casa Martha y compartiendo regularmente con los empleados del Vaticano. No tomaba un salario, todo lo donaba a la iglesia y siempre trataba a todos por igual.

¿Cuántas veces vimos gestos del Papa Francisco, saliendo, de los protocolos para ir a dar un abrazo, consolar a alguien, o levantar un bebé? Recuerdo cuando paró su carro camino un evento para saludar a unos inmigrantes peruanos en un barrio pobre de los alrededores de Roma.

Cómo no recordar su mensaje a las parejas el día de San Valentín, cuando les dio tres consejos prácticos: Pidan permiso, pidan perdón y den las gracias. Estos son consejos que he tratado de aplicar a mi vida y también incorporarlo en las columnas y charlas que he podido compartir.

Otra memoria muy linda que tengo fue cuando el Papá Francisco visitó el congreso durante su visita a los Estados Unidos un 24 de septiembre de 2015. Junto con mi esposa y cuatro de mis siete hijos, manejamos ocho horas desde Providence hasta Washington DC, para poder ver al Papa Francisco en su discurso desde el Congreso de los Estados Unidos. Siempre estaré agradecido a mi senadora local y parroquiana MaryEllen Goodwin, que en paz descanse. Ella era una católica muy devota, y cuando se enteró que iba a ver al Papa, me ayudó a conseguir entradas extra, para poder llevar a mis hijos a esa increíble experiencia. La visita del Papa, fue un momento que atesoramos con toda mi familia y que nunca vamos a olvidar.

También tuve la bendición de participar del proceso del V Encuentro del Ministerio Hispano, que fue basado en su mensaje de su encíclica la Alegría del Evangelio, invitándonos a ser discípulos misioneros, compartiendo el Evangelio con alegría y llegando a los que están en las peri-ferias, especialmente los más pobres y desamparados.

Durante su papado, Francisco siempre nos recordó de no olvidarnos de los pobres y los más necesitados. El Papa Francisco lo hizo con su ejemplo, cuando realizó su primer viaje pastoral fuera de Italia en la isla de Lampedusa en el 2013, como respuesta a la tragedia de cientos de migrantes que intentaban llegar a la isla y morían ahogados en el mar.

El Papá Francisco nos dejó muchos consejos, frecuentemente hablaba de cuidar nuestro lenguaje y evitar el chisme. Él decía que el chisme “mata”, y nos invitaba siempre a usar nuestras palabras para construir y no para destruir.

También siempre nos estuvo recordando de practicar las obras de misericordia, ayudando los necesitados, consolando los tristes, visitando a los enfermos, y desafiándonos a vivir el amor cristiano con acciones concretas.

Un tema importante del Papa, fue el cuidado de nuestra casa común. En su encíclica Laudato Sí, nos llama a proteger la casa común, viendo al mundo como un regalo de Dios que debemos todos conservar y cuidar con responsabilidad.

Así mismo, frecuentemente el Papa nos enseñaba que no nos olvidemos de los ancianos y los jóvenes. Él insistía en la importancia de escuchar a los mayores que tienen mucha experiencia de vida, y acompañar a los jóvenes. Nos decía que la sabiduría y el futuro de la humanidad dependían de ello.

Su último acto público con las últimas fuerzas que le quedaban, después de estar al borde de la muerte por semanas fue salir una vez más a saludar y estar cerca de los fieles el domingo de Pascua. El Papa Francisco se entregó a su pueblo hasta el último momento a pesar de estar débil y visiblemente enfermo.

Finalmente, recordar que el Papa Francisco nos pidió caminar con alegría, no andar con rostros de funerales, sino sembrar la esperanza donde quiera que vayamos y con el jubileo nos desafió a ser “Peregrinos de Esperanza”.

Que todos los líderes de la Iglesia recordemos siempre su mensaje de no ser príncipes, sino más bien pastores, con olor oveja. Esta frase no se aplica solo para los obispos o sacerdotes, sino también para todos los católicos, especialmente los líderes y servidores en la Iglesia.

Oremos por el descanso eterno del Papa Francisco, y por todos los cardenales que estarán reunidos en el cónclave, para que el Espíritu Santo toque sus corazones y sus mentes, para que elijan el Papa que la Iglesia necesita en este momento.

Silvio Cuéllar es un escritor, compositor de música litúrgica y periodista. Él fue coordinador de la oficina

del Ministerio Hispano y editor del periódico El Católico de Rhode Island en la Diócesis de Providence.