La Revelación nos enseña que el trabajo es una obli-gación. Es más, el hombre debe trabajar y así desarrollar y llenar humanidad. San Juan Pablo II dice en su Encíclica Centesimus annus” escribe: “En una sociedad donde este derecho es denegado matemáticamente, en donde las pólizas económicas no permiten que los trabajadores alcancen un nivel satisfactorio de empleo, no puede ser justificado por su punto de vista étnico. Esto se debe a circunstancias sociales del pasado. Las enseñanzas Católicas Sociales se enfocan en asegurar que el obrero tenga derecho a un trabajo digno y a recibir un sueldo justo.
El plan de infraestructura del presidente Biden de $3.5 trillones propone muchas pólizas. Al ver esto parece que es sacado de las Enseñanzas Católicas Sociales. El plan incluye derechos para las familias, para el pobre, para los ancianos, infraestructura y educación. A primera vista, muchos de esto derechos y programas son descartados como requisitos de trabajo. Por ejemplo, el plan expande un crédito de impuestos que garantiza una entrada básica para familias con niños.
Los programas del gobierno que luchan contra la pobreza y crean condiciones para que el individuo florezca, son buenas. Pero las buenas intenciones no siempre traen buenos resultados. Si los programas no se usan adecuadamente, desaniman a veces y minimizan la necesidad de trabajar y a no contribuir al florecimiento del ser humano. No necesitamos estipular. Solo tenemos que ver a nuestro alrededor y ver los efectos de las dádivas gubernamentales, y la escases de obreros.
