PROVIDENCE - Cada día, la iglesia necesita de personas que escuchen el llamado de Dios para ejercer un ministerio en el lugar donde se encuentren.
De ahí, que siete hombres (cinco hispanos y dos americanos), hayan escuchado el llamado del Señor y estén en proceso de formación para convertirse en diáconos permanentes, los cuales se unirán a los más de 60 diáconos que participan activamente en el ministerio diaconal en la Diócesis de Providence.
Los diáconos son hombres que aman a Dios y aman la iglesia; se sien-ten llamados a servir de una forma más comprometida. Su papel, es ayudar al obispo y a los sacerdotes en diversos servicios que ofrece la iglesia.
Conversamos con los cinco candidatos de origen hispano (4 dominicanos y 1 Colombiano), que le han dicho sí al Señor para este nuevo ministerio.
¿Cuándo siente usted el llamado para el diaconado?
De la parroquia San Bartolomé de Providence, el señor Félix Rodríguez nos dice: “He tenido muchos llamados en mi vida. Cuando fui presidente de asamblea; cuando ingresé al seminario San Pío X por un año en Licey (ambos en República Dominicana); en mi Cursillo de Cristiandad donde recibí un llamado a servir a Dios”. También, el párroco me llamó y me dijo “Félix, este es tu tiempo para ser diácono y aquí estoy”.
Para Emmanuel Cabrera, de la iglesia San Miguel, su llamado ocurre estando de vacaciones en New York en un retiro de Emaús en el 2017. “Fue en la homilía dónde recibí mi llamado para el servicio de la iglesia y sacar el potencial que hay en mí”. Sentí que el Señor me decía “quiero que seas diácono”.
Aquilino Antonio Luna, de la iglesia San Patricio nos comparte: “Vi la necesidad por la poca ayuda que tiene el sacerdote”. “Comencé siendo ministro extraordinario de la Eucaristía; sentí que el señor me decía: ¿Y tú, qué estás haciendo? Tuve una revelación mediante su ángel con el evangelio de San Lucas, capítulo 21,15 y comprendí que Dios me estaba llamando al diaconado”.
De la Parroquia St. John & James (West Warwick), Javier Pérez nos cuenta: “Todo empezó cuando viví mi Cursillo de Cristiandad en el 2017, y en los momentos de compartir alguien me dijo que yo iba ser diácono”. “Este encuentro con el Dios del cielo me abrió los ojos y recibí muchas gracias para toda la familia. El cursillo me convirtió en un verdadero católico”. Manifestó.
Jimmy Aybar, de la parroquia San Miguel nos dice: “Hubo un momento específico y fue a través de mi esposa la noche anterior”. Ella me dijo que “Jesús te está llamando”. El añadió, “Al día siguiente le pedí a mi suegra que orara por mí; sentí que Dios me llamaba a este ministerio” También, cuenta que un amigo le envió un mensaje de texto con la noticia sobre la sección informativa del diaconado que haría la parroquia San Patricio esa noche.
¿Cómo le está yendo en su proceso de formación? El señor Félix, dijo sentirse cómodo con muchas experiencias nuevas en todo este proceso de capacitación y crecimiento espiritual.
Para Emmanuel, este ha sido un tiempo de mucho aprendizaje en las cosas de Dios.
Antonio, manifestó que la formación y el estudio lo ha ayudado a entender mejor el magisterio de la iglesia, mientras, que Jimmy dice estar en proceso de discernimiento donde se siente muy feliz por todo lo que está aprendiendo.
Nos comentó el señor Javier, que optó por tomar las clases en inglés para tener la oportunidad de servir en este ministerio en ambos idiomas.
¿Qué le gustaría hacer cuando sea ordenado diácono permanente?
Seguir fortaleciendo los distintos ministerios que tengo en mi parroquia, es el mayor deseo de Félix Rodríguez. “Servirle al Señor en lo que quiera usarme”, fue la respuesta de Emmanuel Cabrera.
Por otro lado, Antonio Luna, desea implementar estudios bíblicos, catequizar a las personas y ponerlo en contacto con ese Jesús resucitado.
Lo que más le interesa a Jimmy, es trabajar con la pastoral familiar y las parejas.
“Me gustaría ponerme a disposición del obispo porque él es el que sabe dónde están las necesidades de la Diócesis”, afirmó Javier Pérez.
¿Han recibido el apoyo de su familia en todo este proceso? Todos contestaron: Sin el respaldo familiar, sobre todo, el de la esposa no fuese posible todo este caminar para este nuevo ministerio que el Señor nos ha llamado y que culminara en el 2026, cuando nos ordenaremos como Diáconos Permanentes.
Nota: La Diócesis esta abriendo una nueva clase de preparación al diaconado.