PROVIDENCE - Era un domingo de Pentecostés, bello y soleado. Durante la procesión, la música suena y mientras el celebrante entra, el diácono y los servidores alzan sus brazos de un lado para el otro. Casi todos hacen lo mismo, se mueven y otros levantan sus manos y elevan sus ojos hacia el cielo orando. Esta misa es el resultado de una noche de preparación por la solemnidad de Pentecostés. El diácono dice la homilía sobre el papel que juega El Espíritu Santo en la vida del creyente. “Si no hay Espíritu Santo, no hay Iglesia” dice. Y todos los fieles contestan “amén” el sermón termina con “Viva el Espíritu Santo” frase que todos proclaman al compás de la música.
Esto es muy común en la Iglesia de San Carlos de Borromeo en Providence. Es un hecho, y siempre ha sido así. La Iglesia de San Carlos está asociada con La Renovación Carismática Católica (CCR). En 1975 se reunió un grupo de alrededor de 10,000 Carismáticos Católicos en la Basílica de San Pedro en Roma, con el papa Pablo IV, y se inició el movimiento bajo la guía del papa San Juan Pablo II.
Después se asoció San Carlos a CCR y fue el padre John Randall quien lo comenzó. Con frecuencia tenían estudios bíblicos y de oración, y así fue creciendo. El también instituyó El Seminario Vida en el Espíritu.
El padre Jaime Garcia, párroco de la iglesia dice que gracias a este movimiento tuvo un encuentro personal con el Espíritu Santo. “El Espíritu Santo ha trabajado intensamente con mucha gente, y esta a su vez ha crecido en su fe Católica” dijo el padre Garcia.
Esto es la manifestación del aumento al amor a la Eucaristía y a las Escrituras, el desarrollo para una vida de oración y amor a la comunidad.
Fue a través de La Renovación Carismática que la gente en la parroquia llegó a tener una relación personal con Jesús por la gracia del Espíritu Santo. El doctor Ian Levy, profesor Teología del Providence College, dice que el don de lenguas, lo describe Pablo y es una manifestación completa del Espíritu Santo, una manera imposible de interpretar, sin embargo, los apóstoles experimentaron el primer Pentecostés y “ellos se entendían unos con otros en esa época”.
La doctora Daria Spezzano, quien también es profesora de Teología en el Providence College, dice que los “dones carismáticos (así se llama tradicionalmente) son ‘gracias gratuitas' son gracias santificantes con el propósito de construir la Iglesia”.
Como lo refleja el Papa Francisco en el aniversario de La Renovación Carismática número 50: El Espíritu Santo ayuda a la Iglesia a construir vínculos de fraternidad y animan a emprender el viaje hacia la unidad, una unidad para una misión” “a venida del Espíritu Santo cambia al hombre temeroso, y preso en un hombre de valor y testigo de Jesús”, y continúa diciendo, “Júbilo, alegría, y felicidad… son los frutos del Espíritu Santo.