Una expresión de gratitud a dos de nuestros sacerdotes

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La semana pasada hablé sobre la gratitud y la admiración que siento por nuestros sacerdotes.  También los invité a orar expresando mi gratitud en especial a Dios por dos sacerdotes, el padre James Ruggieri y el padre Joseph Brice.

Cuando llegue a Rhode Island , note que mucha gente hablaba del padre James y lo hacen con admiración.  Uno de los sacerdotes lo describe como una combinación de la Madre Teresa, San Juan Vianney y el padre Pío. ¡Me quedé intrigado por esta descripción tan particular!  Les pedí conocer al padre James.  En nuestra conversación, sentía curiosidad por conocer a tan extraordinaria persona que hacía una combinación de estos tres grandes santos.   Hablé con él, y claramente y con decisión me dijo que no es más que un sacerdote de Cristo, agradecido por la gente y su ministerio.  Eso claro, solo reforzó mi convicción de que es un hombre que me puede guiar en mi ministerio.  Después me reuní con el padre Brice, y me impresionó mucho porque es un joven alegre y entusiasta al servicio de Dios.  Así, desde febrero, he tenido la oportunidad de visitar las parroquias de San Patricio y San Miguel que es donde estos sacerdotes trabajan.  He visto la gente orando, he disfrutado de su hospitalidad, he ido a la academia de San Patricio, he compartido con “SPRED” un ministerio para las personas incapacitadas.  Fui testigo también de cómo interactúan con los sacerdotes y los feligreses, por ejemplo, con el padre Jacques Chavannes.

Estas son comunidades maravillosas, y son la luz y la alegría del Evangelio, viviendo en solidaridad y compasión unos con otros.  Las celebraciones de las santas misas han sido para mí de mucho sentido- es claro que el Espíritu de Dios ha estado trabajando en estas comunidades.  También he visto como el ministerio de estos sacerdotes ha motivado a muchos para hacer más proyectos, ahora y más adelante.

No tengo palabras para expresar mi gratitud a Dios por el buen trabajo que están realizando estos buenos sacerdotes.  Me siento inspirado por tanta bondad y generosidad, y solo me hace recordar las palabras del Señor “Vosotros sois la sal de la tierra…y la luz del mundo” Por favor Dios, danos más sacerdotes para nuestras comunidades, con espíritu vivo.  En estos Evangelios el Señor Jesús se enfoca en el que pasa inadvertido y olvidado.  Él ha visto los corazones y les trajo sanación, reconciliación y renovación.  Ese mismo ministerio del amor divino está vivo en este tiempo y lugar.  ¡Que se llene y derrame en nuestros corazones!